Bizcocho de Hibiscus y semillas de amapolas

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¡Hola a todos!

Casi sin darnos cuenta estamos en octubre y aunque eso de encender el horno aún apetece poco con este calor que no se va, el fin de semana pasado lo encendí para hacer un bizcocho que llevaba días dándole vueltas.

Hace un par de semanas me di una vuelta por el mercado de abastos de Chiclana (¡me encantan los mercados de abastos!), y estuve reponiendo algunas especias, comprando pescado y verduras… Y encontré flores de hibiscus deshidratadas. Me traje una cajita para casa y enseguida pensé en incluirlas en algunas de mis recetas y darles un toque diferente.

El Hibiscus es una flor que siempre he tenido presente en mi vida, desde pequeñita las veía en el jardín de mi abuela y años más tarde, mi madre las ha cultivado de varios colores y tipos. Aunque yo esté acostumbrada a verlas desde siempre, al decir Hibiscus a todos se nos viene a la cabeza Hawai, las camisas floreadas y el Hula … Pero queridos amigos, a mi me gusta rascar en todo y buscando un poco más sobre esta planta, he encontrado que a parte de ser la flor típica del estado de Hawai, tiene significados y usos que desconocemos… ¿Sabíais que allí son símbolo de abundancia, bienestar y alegría? Suelen regalarse enlazadas en forma de collares a modo de saludo, en las bodas, o como muestras de respeto. Además si una chica hawaiana lleva una flor de Hibiscus en la oreja izquierda, es que esta comprometida, mientras que si la lleva en la derecha es que está soltera. ¡Cuántas cosas en una sola flor!

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Si hablamos de las propiedades del Hibiscus, nos encontramos con que es un buen ansiolítico, favorece la buena circulación, es diurética y antioxidante, y tiene un alto contenido en vitamina C, ¿algo más? Pues sí, que en infusiones o deshidratadas como las que he encontrado yo, ¡están riquísimas! Y ya si las incluimos en un bizcocho, ni os cuento…

La otra gran protagonista de la este bizcocho es la amapola, presente en forma de semilla. Pero de ella y de sus propiedades hablaremos más adelante, ¡lo prometo!

Sin enrollarme más, empezamos con la receta.

Ingredientes:

  • 210 gr. de harina
  • 210 gr. de harina integral (yo le he puesto esta combinación, pero puedes variarla mientras que en total sean 420 gr. de harina)
  • Ralladura y zumo de medio limón
  • Una cucharadita de bicarbonato sódico
  • Una cucharada de levadura química.
  • 3 huevos
  • 260 gr. de azúcar
  • 125 ml de aceite de girasol
  • 125 ml de aceite de oliva (podéis usarlo todo de girasol, pero a mi me gusta el toque que le da el aceite de oliva)
  • 250 ml de leche
  • 1 Una cucharadita de comino molido
  • 1 Pizca de sal.
  • Flores de Hibiscus deshidratado picaditas
  • Dos cucharadas de semilla de amapola

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¡Manos a la obra!

  1. Antes que nada engrasamos un molde ( yo he usado uno rectangular de Lékué) y precalentamos el horno a 170ºC
  2. Batimos lo huevos con ayuda de una batidora, a velocidad media hasta que dupliquen su volumen. Esto te llevará unos 5-7 minutos y su textura se convertirá en más espumosa y de un color pastel.
  3. En un bol mezclamos los ingredientes secos: las harinas tamizadas (este paso siempre nos lo saltamos y es super importante, si no lo hacemos bien aparecerán los temidos «grumitos») con el bicarbonato, la levadura, la sal, la cucharita de comino y la ralladura de limón.
  4. Cuando tengamos los huevos listos, sin dejar de remover añadimos el zumo de limón, los aceites y la leche.
  5. Una vez estén los ingredientes líquidos bien integrados, poco a poco y sin dejar de remover suavemente, vamos añadiendo la mezcla de los ingredientes secos.
  6. Por último añadimos las dos cucharadas de semillas de amapolas y la mitad de las flores picaditas. Volvemos a remover suavemente.
  7. Vertemos la mezcla en el molde y añadimos por encima la mitad de las flores picaditas que teníamos reservadas.
  8. Horneamos unos 30-40 minutos a 180ºC hasta que al introducir un palito salga limpio.

¡Ya tenemos listo nuestro bizcocho!

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Tal y como se ve en las fotos tiene una textura espectacular ¡y muy esponjosa!

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En mi casa gusto muchísimo. ¿Te animas tú a hacerlo?

¡Nos vemos prontito!

Ana.

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Tarta Mousse de Frutos Rojos y Chocolate al Ginebra

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¡Hola a todos!

¿Qué tal lleváis la semana? Por mi tierra estamos en pleno carnaval y aunque sí, hoy es «miércoles de ceniza» y deberían haber acabado ayer, a nosotros aún nos quedan días de papelillos, serpentinas y coplas por las calles. Pero hoy no vengo a hablaros del «Carnaval de mi Cádiz», sino de una tarta que hice hace unos días y que tenía que compartir con todos vosotros.

No todos los fines de semana vuelven a casa amigas que viven fuera, ¡ojalá! Y si a eso le sumamos cena familiar con cumpleaños, el de la madre de mi amiga, y la preparación de una boda…¡La ocasión merece un postre más que especial! Así que saqué mi libreta de tartas infalibles, y la encontré: Tarta mousse de frutos rojos, chocolate y un toque de ginebra de fresa. Jaque mate.

 

La combinación de elementos y sabores hacen que esta tarta no pase desapercibida para nadie. No es una receta del todo sencilla, pero amigos, la vida está llena de retos… ¡Y qué mejor que retarla con esta tarta!

Sin enrollarme más, comenzamos con la receta que va a dividirse en cuatro pasos: la base, la confitura de frutos rojos, la mousse y el ganache de chocolate. ¡Empezamos!

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Ingredientes:

Para la base de galletas:

  • 250gr. de galletas (tipo Digestive)
  • 75gr. de mantequilla a temperatura ambiente.

Para la confitura de frutos rojos:

  • 600 gr de frutos rojos (en este caso yo he utilizado 300gr de cerezas deshuesadas y 300gr de fresas, podéis usar los que queráis corrigiendo el nivel de acidez con los gr. de azúcar)
  • Zumo de un limón
  • 200 g de azúcar
  • 5 hojas de gelatina

Para la mousse:

  • 4 Claras de huevos

Para el ganache de chocholate:

  • 175 gr. de Chocolate negro
  • 175 gr. de nata para montar (mínimo 35% grasa)
  • 30 ml. de Ginebra de Fresa (yo he usado Puerto de Indias)

1.- Empezamos preparando la base de galletas. Para ello vamos a triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla hasta conseguir una masa compacta. Con ella vamos a forrar toda la base de un molde desmontable de 23-24 centímetros , creando una capa lisa donde asentaremos el resto de la tarta. Puedes ayudarte de una cuchara. Cuanto más te esmeres en este paso, más bonito quedará el corte de tu tarta. Una vez lo tengamos, lo metemos en el frigo mientras que seguimos con el resto de la receta.

2.- Preparamos el ganache de chocolate llevando a hervir la nata y una vez la tengamos caliente, añadimos el chocolate troceado. Removemos con garbo para que el chocolate se derrita en la nata. Una vez conseguido, añadimos el licor y volvemos a mover.  A continuación, vertemos el ganache sobre la base de galletas que teníamos reservada en el frigo. Con cuidado, puedes ayudarte de un cazo. Volvemos a introducir en el frigo.

3.- Para preparar la confitura de frutos rojos pondremos en un cazo a fuego medio-alto (conviene remover de vez en cuando y echarle un ojito) todos los ingredientes de este paso, menos la gelatina que mientras tanto, la hidrataremos en un bol con agua fría. Este paso te llevará unos 20-25 minutos, hasta que notemos que nos queda una confitura espesa.

4.- Dejamos templar la confitura y trituramos ayudándonos de una batidora o brazo eléctrico hasta que quede un puré sin grumos. Si tu batidora no consigue eliminar todos los trozos, te aconsejo que cueles la mezcla y te quedes con la parte más líquida.

5.- Añadimos la gelatina que tenemos hidratada a la confitura aún templada para que se deshaga bien. Integramos bien y reservamos.

6.- Montamos las claras a punto de nieve, hasta que podamos ponerla boca abajo sin que se muevan.

7.- Ahora dedícale todo tu cariño a la tarta y ve añadiendo la confitura a las claras montadas y con una espátula o lengua de silicona, ve creando movimientos suaves y envolventes, removiendo hasta que todo quede homogéneo. Con mucho cuidado, tómate tu tiempo. De esto dependerá la consistencia y esponjosidad de nuestra mousse.

8.- Cuando tengas la mousse preparada, viértela con cuidado en el molde, sobre el ganache de chocolate. Vuelve a introducir en el frigo al menos 3 horas (yo este tipo de tartas suelo hacerlas la noche anterior, y así reposan toda la noche en el frío).

En este caso, para la decoración, he optado por espolvorear chocolate negro en polvo, pero puedes utilizar fruta, chips de chocolate o incluso, adornar con flores comestibles, ¡corre a cargo de tu imaginación!

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Espero que os haya gustado tanto como me gusta a mi, y es que esta tarta ya le he repetido en más de una ocasión y siempre, siempre, siempre… ¡Es una maravilla!

¡Nos vemos prontito!

Ana.

 

 

 

Bizcocho de chocolate y yogurt

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¡Buenos días de lunes!

No acostumbro a subir entradas al blog un lunes… ¡Y menos por la mañana! Pero he pensado que a los lunes siempre le hacen falta un puntito dulce para poder seguir adelante con todo lo que nos queda de semana… Y si encima habéis tenido un fin de semana movidito como el mío, os va a tocar recuperar energías. Así que me he dicho «¡Vamos a compartir la receta de ese bizcocho que tanto éxito tuvo!»

Y sí, el bizcocho lo hice algunas semanas, pero también os digo que he tenido que repetirlo un par de veces del éxito que tuvo. Un dulce que está a mitad de camino de ser un «Bundtcake» y un bizcocho tradicional, con un suave toque de yogourt y el sabor intenso del chocolate. Podría llevarme líneas y líneas describiéndolo, pero creo que no me debo enrollar más, poner la receta y que vosotros mismos saquéis las conclusiones 😉

¡Vamos allá!

Ingredientes:

  • 200 gr de harina
  • 15 gr de levadura
  • 100 gr de chocolate puro en polvo (o chocolate fondant triturado hasta que se quede hecho polvo)
  • 150 gr de azúcar
  • 4 huevos
  • 1 yogurt natural (para este tipo de bizcochos siempre los uso «cremosos»)
  • 70 gr de aceite de oliva suave

 

Preparación:
1.- En un bol grande, tamizamos la harina y la levadura. Es importante que pongamos conciencia en este paso, ya que cuanto mejor tamizado esté contribuirá a que nuestro bizcocho sea más esponjoso.

2.- Mezcla los huevos uno a uno y el azúcar hasta que todo quede bien integrado. Puedes usar unas varillas eléctricas, o si lo haces a mano haz este paso con destreza y fuerza.   Mientras ve poniendo el horno a precalentar a 160º.

3.-Añade a la mezcla anterior el chocolate, el yogurt y el aceite. Integra bien.

4.- Agrega la harina con la levadura (previamente mezclada) y mezcla ahora suavemente, con cuidado de que no queden grumos, aunque si hemos tamizado bien en el primer paso no correremos ese peligro. En este punto, al contrario que con los huevos y el azúcar, es importante que lo hagamos con delicadeza, ya que si lo hacemos con fuerza puede que nuestro bizcocho adquiera una textura más «grasienta» de la que debería tener.

5.- Vuelca la mezcla en un molde previamente engrasado ( yo uso spray anti-adherente de la marca Ibili) para que no se pegue o en un molde alto con agujero en el centro tipo «Bundtcake» (os dejo  aquí algunos que tenemos en la tienda para que los tengáis como referencia).

6.-Hornea 20 -25 minutos a 180º. Ve pinchando con un palito hasta que salga limpio, ¡y ya tenemos nuestro bizcocho!

7.- Espera unos 5 minutos y desmolda. No dejes a que se enfríe del todo, lo ideal es que se temple una vez esté fuera del molde.

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¡Espero haberos endulzado la mañana de este lunes de febrero y que os haya gustado!

¡Nos vemos prontito!

Ana.

PlumCake de entretiempo

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Inevitablemente el inverno está a la vuelta de la esquina y nos guste más o menos (como a mi que alguna vena caribeña debo de tener…), el frío va acechando. Los días cortos, las manos heladas, las tardes de lluvia…Y aunque para mi tiene mas «contras» que «pros«, una de las cosas que más me gusta del invierno son las sesiones de repostería junto al horno, cosa que en verano es impensable. Hacer bizcochos y galletas que me servirán de merienda para toda la semana, se convierte en uno de los «hobbies» favoritos en mis frías tardes de sábado.

Galletas de jengibre, de chocolate, bizcochos de limón, de yogourt, de zanahoria, BundCakes de todos los sabores y colores, magdalenas de naranja… Podría elegir una receta para cada tarde de sábado y no repetiría en todo el invierno. Pero la verdad, es que aunque me guste tirar de los clásicos, también soy muy dada a innovar con sabores e ingredientes que de primeras no casarían.

Y ese es el caso de la receta que os traigo hoy. Una mezcla de especias, ingredientes básicos y frutos secos, que se mezclan en armonía dándole un sabor muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Aunque su receta original estaba pensada para la navidad, yo he decidido darle un toque personal, y ya que aún faltan días para las fiestas me he permitido el lujo de bautizarlo y lo he llamado «PlumCake de entretiempo» 🙂

Ahí va la receta y el paso a paso, ¡espero que os guste!

Ingredientes:
  • 150gr de harina
  • 1 clavo de olor ó ½ cucharadita de clavo en polvo
  • ½ cucharadita de canela, de nuez moscada, de jengibre en polvo y de bicarbonato Sódico
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 1 pizca de sal
  • 75 gr de dátiles
  • 30 gr de nueces
  • 75 gr de pasas sultanas sin semillas
  • 50 gr de Ron
  • 25 gr de harina para espolvorear los frutos secos y pasas
  • 120 gr de azúcar moreno
  • 100 gr de mantequilla
  • 2 huevos y 1 yema
  • 25gr de Miel
  • 50gr de leche
  • Azúcar glass para decorar
Preparación:
  1. Tamiza el clavo (si el clavo no es en polvo, tritúralo primero), la canela, la nuez moscada, el jengibre, el bicarbonato la levadura y la sal. Retira y reserva.img_2933
  2. Trocea las nueces y los dátiles y reserva en un bol. Incorpora al bol las pasas y el ron y espolvorea con los 25gr de harina. Mezcla con una espátula y deja macerar.img_2934-1
  3. Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Prepara un molde de «plumcake» de 24cm x 10cm x 6cm de alto (aprox, podéis usar otro que tengáis en casa, siempre y cuando sea similar) previamente engrasado.
  4. Mezcla en un bol el azúcar con la mantequilla hasta que se integren y quede una mezcla homogénea.
  5. Una vez tengas la mezcla, sin dejar de remover ve incorporando los huevos uno a uno  y la yema.
  6. Continua añadiendo la miel y la leche, y no dejes de remover (puedes ayudarte con una batidora o similar)img_2935
  7. Incorpora ahora la harina y especias que tenías reservadas y tamizadas. Termina de mezclar suavemente con la espátula y vuelca la mezcla en un bol grande junto con los frutos secos macerados (¡cuidado porque huelen de maravilla!).img_2936
  8. Mezcla de forma envolvente hasta que estén todos los ingredientes perfectamente integrados. img_2938
  9. Vierte la mezcla en el molde preparado y hornea 40-45 minutos aproximadamente. Comprueba que el Plum-Cake esté bien cocido introduciendo una aguja o brocheta que tendrá que salir limpia.
  10. Una vez desmoldado y que haya enfriado, espolvorea con azúcar glass para decorar… ¡Y listo!

A parte de su sabor tan característico, el olor que desprende este «plumcake» es impresionante, allá donde me llevé un trozo fue dejando rastro…

A ver si sois capaces de comeros sólo un trozo… 😉

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¡Espero que os haya gustado!

Y si os animáis a hacerlo, contadme qué tal os ha ido.

¡Nos vemos prontito!

Ana.

Unos merengues de miedo…

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Quien me conoce bien, sabe que hay dos cosas que no me gustan nada de nada… Ni las películas de terror, ni las comidas demasiado «prefabricadas». Así que no, mi plan ideal de sábado no es precisamente ver «The walking Dead» tomándome una sopa de paquete… Soy más de «Friends» con una tortillita francesa. Cada uno es como es.

Así que ahora que se acerca halloween mis redes sociales se llenan de imágenes de «cómo hacerte un maquillaje extremo para halloween», «fiestas de muerte para halloween», «dulces sangrientos para halloween»… Y a mi que me perdonen, pero el único dulce sangriento que soy capaz de meterme en la boca, es una «Red Velvet» bien hecha. No puedo evitar casi cerrar los ojos del espanto, al ver que se unen dos de las cosas que menos me gustan en el mundo, tanto «horror» y tanto colorante y  pasta fondant juntos.

Sin embargo, cuando estaba a punto de una catarsis entre tanto dedo cortado y tanto ojo de azúcar, encontré la inspiración para la merienda del fin de semana. Y es que en mi casa, sobre todo los fines de semana, solemos merendar algo casero. Así que le dí un par de vueltas al asunto y preparé estos «fantasmitas de muerte».  Son algo entretenidos de elaborar, pero la receta no es nada difícil. Además no llevan ni colorante ni demasiadas grasas y azúcares,  por lo que no abandonamos la idea de merienda sana.

¡Espero que os gusten tanto como a mi! O como gustaron en mi casa, ya que los fantasmas haciéndose honor, desaparecieron en un visto y no visto…

La receta consta de dos partes. Por un lado la galleta que aguantará el merengue, y el merengue italiano en sí. ¿Por qué merengue italiano y no suizo? Pues porque aunque yo recomiendo que se consuman en el día, el merengue suizo no nos aguantaría demasiado tiempo, mientras que el italiano sí (más adelante haré un post hablando de cada tipo de merengue, sus usos y conservación, ¡lo prometo!)

Para la base o galleta, opté por una «masa sablé», la cual es la misma que se utiliza en los canapés salados, pero al añadirle azúcar y en este caso ralladura de naranja, se convierte en una masa ideal para pastitas. Los ingredientes y el proceso serían los siguientes:

  • 200 gr de harina de trigo
  • 80 gr de mantequilla
  • 1 huevo
  • 3 cucharadas de azúcar
  • Ralladura de limón, o en este caso de naranja

 

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Mezclamos todos los ingredientes hasta crear una masa homogénea que no se nos pegue en los dedos. Ponemos un papel vegetal (yo lo pongo tanto debajo de la masa, como encima y así es mucho más fácil amasarla) y amasamos hasta darle un esperor de 0.5 cm. Con un cortapastas, mejor si es redondito, vamos cortando hasta que terminemos con toda la masa. Metemos en el horno precalentado previamente, 15-20 minutos a 180 ºC. ¡Y ya las tenemos listas! (Procura no comerte ninguna antes de tiempo…Yo me comí dos.)

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(Pssst…! Si quieres hacer trampas y ahorrarte la parte de la masa, puedes comprar una base de hojaldre,cortarla y hornearla, usar galletas maría, oreo o cualquier otra que os guste)

¡Ahora vamos con el merengue!

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  • 150 gr de azúcar
  • 50 gr de agua
  • 3 claras de huevo
  • 2-3 gotitas de limón
  • Una pizca de sal.

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Monta las claras junto con la sal y las gotitas de limón, ayudándote de una batidora (en mi caso las monté con la Thermomix). Mientras en un cazo, pon a calentar el agua junto con el azúcar sin remover hasta conseguir un almíbar. Sabremos que está listo cuando empiece a espesar, sin llegar a oscurecer quedando una textura como de «hilo». Si tenéis un termómetro de cocina, la temperatura que debe alcanzar el azúcar para que esté en su punto, es de 115 ºC. No es necesario, ya que a ojo veréis fácilmente como va espesando.

Una vez que lo tengamos agregamos el almíbar a las claras montadas poco a poco en forma de hilo y sin dejar de remover. Montamos un par de minutos más, hasta que el merengue haga «picos» o podamos ponerlo boca abajo sin que se caiga.

Dejamos que enfríe un poco y lo introducimos en una manga pastelera, con una boquilla lisa ancha. La que yo usé era de 18 mm. Sobre las pastitas que han debido de sobrarnos (ejemmm…), vamos creando montoncitos hasta darle forma a los fantasmas.

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Una vez que los tengamos, con chips de chocolate negro, le vamos poniendo los ojitos. Estos podéis comprarlos hechos, o como yo que los hice fundiendo un poco de chocolate negro y haciendo «gotitas». Los dejé enfriar en la nevera, ¡y tenemos ojitos!

¡Espero que os haya gustado tanto como a mi y os animéis a hacerlos!

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¡Qué paséis un feliz o terrorífico Halloween…!

¡Hasta pronto!

Ana.