Brownie de Calabaza

IMG_3807

No queda ni una semana para que termine octubre y aquí seguimos, en manga corta y sin guardar la sombrilla de la playa… ¡Casi no me he dado cuenta de que Halloween estaba a la vuelta de la esquina! Pero es que mi mente es incapaz de asociar esa fecha en la que ya va apeteciendo una rebequita… ¡Con este calor! Y claro, si sigue haciendo calor, ¿quién quiere encender el horno? Pues yo.

Si señores, a las altas temperaturas de mi casa he decidido subirle un par de graditos más poniendo la maquinaria en marcha a 180ºC… Pero es que tenía que probar este brownie de calabaza y enseñároslo por si queréis hacerlo en el puente, o no puente, que tengáis para el día 31.

Sé que lo ideal para esta fecha es elaborar algo tremendamente terrorífico (como los fantasmitas que hicimos el año pasado, te dejo el enlace aquí por si queréis revisarlos), pero este año me he decantado por algo que está a medio camino entre la tradición (aquí es donde entra la calabaza), y el monillo de dulce y chocolate que nos entra los domingos y los días de fiesta (aquí es donde entra el brownie).

IMG_3793

 

Y ya que estamos metidos en tertulia y sabiendo lo que me gusta buscarle el porqué a las cosas (espero que todo esto algún día nos sirva a todos para ganar quesitos en el Trivial…), ¿sabéis de donde viene la tradición de decorar las calabazas en Halloween? Bueno, bueno… ¿Sabéis de donde viene la tradición de celebrar Halloween? Pues sorprendentemente, no es cosa de los americanos (aunque en España sigamos diciendo que esta fiesta es una «americanada»), la culpa de todo este follón la tienen… ¡los irlandeses! ¡Y sobre todo los celtas! ¡Ea, está más cerca de lo que nos creíamos!

IMG_3809

Resulta que los celtas creían que al final del verano se abría la barrera entre el mundo de los humanos y de los espíritus. Fecha que concretamente coincidía con el 31 de octubre (esperemos que este año se abra la barrera a las borrascas y al invierno). Esa noche, las brujas, los duendes y las almas en pena, salían para incordiar a quienes les habían hecho daño en vida… ¡Buh! Por otro lado, el símbolo de las calabazas decoradas, que también tiene que ver con ellos, se debe a que una leyenda irlandesa cuenta que Jack, fue tan malísimamente malo en vida, que al morir no lo quisieron ni en el cielo, ni en el infierno. Su condena fue vagar por la eternidad como un alma solitaria llamando a las puertas de uno y otro sitio para que lo dejasen entrar. En ese camino tan sombrío, sólo disponía de una calabaza vacía con una vela adentro que le servía de lámpara. Como el 31 de octubre hemos dicho que era cuando se abrían las puertas al mundo de los humanos, Jack vagaba por las calles con su calabaza encendida, llamando a las puertas por si alguien le dejaba entrar. Y de ahí que decoremos las calabazas en esta fecha y que los niños disfrazados, vayan de puerta en puerta.

Me enrollo como las persianas, lo sé, pero no me olvido de la receta… ¡jurjur! Así que encendamos el horno, ¡y manos a la obra!

IMG_3784

Ingredientes:

  • 50 gr. de nueces picadas
  • 50 gr.  de pasas sin pepitas ni hueso, troceadas (podéis echarle los frutos secos que queráis)
  • 150 gr. de calabaza rallada
  • 4 huevos medianos
  • 150 gr. de azúcar moreno
  • 75 gr. de aceite de girasol
  • 150 gr. de harina integral (también podéis usar la normal)
  • 1 sobrecito de levadura
  • 1 cucharadita de bicarbonato (opcional)
  • 2 cucharadas de canela en polvo
  • 1 pizca de sal
  • 175 gr. de chocolate negro para fundir
  • 175 gr. de nata (35% de materia grasa mínimo)
  • Almendritas laminadas para decorar

1.- Comenzamos precalentando el horno a 170ºC y engrasando un molde rectangular (puedes usar cualquier otro, pero al ser un brownie queda mucho mas bonito así)

2.- Vamos a montar los huevos con el azúcar ayudándonos con unas varillas electricas. Deben coger un tono blanquecino y aumentar de volumen. Esto te llevará unos 5 minutos.

3.- Agregamos la calabaza rallada, el aceite, la canela y la sal. Removemos mezclando.

4.- Tamizamos la harina junto con la levadura y el bicarbonato y la vamos agregando poco a poco, removiendo y evitando que se nos queden grumitos.

5.- Por último, añadimos los frutos secos picaditos. En mi caso eran nueces y pasas. Con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, vamos integrándolos.

6.- Vertemos la masa en el molde engrasado y metemos en el horno. Programamos unos 20 minutos a 180 ºC y vamos comprobando con un palito si está a punto nuestro brownie.

7.- Mientras que tenemos la masa en horno, vamos a preparar la cobertura de chocolate. Para ello llevamos la nata a ebullición en un cazo. Cuando la tengamos, añadimos el chocolate negro troceado y vamos removiendo hasta que el chocolate quede totalmente derretido en la nata.

8.- Reservamos la cobertura en un bol y dejamos que temple a temperatura ambiente.

9.- Una vez tengamos el bizcocho fuera del horno y muy templado, casi frío (vale, puedes esperarte a que se enfríe completamente), bañamos la superficie con la  cobertura de chocolate que teníamos reservada. Si ha espesado mucho, introdúcela en el microondas en modo «descongelación» durante 30 segundos para que vuelva a ablandar.

10.- Una vez tengas tu brownie bañando en el chocolate, puedes decorarlo. Yo he usado láminas de almendritas que tenía en casa, ¡pero es cosa tuya echarle imaginación!

11.- Para que la cobertura del brownie quede más compacta, puedes meterlo en el frigo y sacarlo un ratito antes de comértelo.

IMG_3792 (1)

IMG_3805

IMG_3811

¡Espero que os haya gustado la receta de hoy! Es increíblemente sencilla y la verdad es que si la hacéis no sobrarán ni las miguitas… ¡Os lo digo yo!

Nos vemos prontito… Y cuidado con las brujas de Halloween… ¡Buuuuhhh!

Ana.

Anuncio publicitario

Unos merengues de miedo…

img_2215

Quien me conoce bien, sabe que hay dos cosas que no me gustan nada de nada… Ni las películas de terror, ni las comidas demasiado «prefabricadas». Así que no, mi plan ideal de sábado no es precisamente ver «The walking Dead» tomándome una sopa de paquete… Soy más de «Friends» con una tortillita francesa. Cada uno es como es.

Así que ahora que se acerca halloween mis redes sociales se llenan de imágenes de «cómo hacerte un maquillaje extremo para halloween», «fiestas de muerte para halloween», «dulces sangrientos para halloween»… Y a mi que me perdonen, pero el único dulce sangriento que soy capaz de meterme en la boca, es una «Red Velvet» bien hecha. No puedo evitar casi cerrar los ojos del espanto, al ver que se unen dos de las cosas que menos me gustan en el mundo, tanto «horror» y tanto colorante y  pasta fondant juntos.

Sin embargo, cuando estaba a punto de una catarsis entre tanto dedo cortado y tanto ojo de azúcar, encontré la inspiración para la merienda del fin de semana. Y es que en mi casa, sobre todo los fines de semana, solemos merendar algo casero. Así que le dí un par de vueltas al asunto y preparé estos «fantasmitas de muerte».  Son algo entretenidos de elaborar, pero la receta no es nada difícil. Además no llevan ni colorante ni demasiadas grasas y azúcares,  por lo que no abandonamos la idea de merienda sana.

¡Espero que os gusten tanto como a mi! O como gustaron en mi casa, ya que los fantasmas haciéndose honor, desaparecieron en un visto y no visto…

La receta consta de dos partes. Por un lado la galleta que aguantará el merengue, y el merengue italiano en sí. ¿Por qué merengue italiano y no suizo? Pues porque aunque yo recomiendo que se consuman en el día, el merengue suizo no nos aguantaría demasiado tiempo, mientras que el italiano sí (más adelante haré un post hablando de cada tipo de merengue, sus usos y conservación, ¡lo prometo!)

Para la base o galleta, opté por una «masa sablé», la cual es la misma que se utiliza en los canapés salados, pero al añadirle azúcar y en este caso ralladura de naranja, se convierte en una masa ideal para pastitas. Los ingredientes y el proceso serían los siguientes:

  • 200 gr de harina de trigo
  • 80 gr de mantequilla
  • 1 huevo
  • 3 cucharadas de azúcar
  • Ralladura de limón, o en este caso de naranja

 

img_2201

Mezclamos todos los ingredientes hasta crear una masa homogénea que no se nos pegue en los dedos. Ponemos un papel vegetal (yo lo pongo tanto debajo de la masa, como encima y así es mucho más fácil amasarla) y amasamos hasta darle un esperor de 0.5 cm. Con un cortapastas, mejor si es redondito, vamos cortando hasta que terminemos con toda la masa. Metemos en el horno precalentado previamente, 15-20 minutos a 180 ºC. ¡Y ya las tenemos listas! (Procura no comerte ninguna antes de tiempo…Yo me comí dos.)

img_2204

(Pssst…! Si quieres hacer trampas y ahorrarte la parte de la masa, puedes comprar una base de hojaldre,cortarla y hornearla, usar galletas maría, oreo o cualquier otra que os guste)

¡Ahora vamos con el merengue!

img_2206

  • 150 gr de azúcar
  • 50 gr de agua
  • 3 claras de huevo
  • 2-3 gotitas de limón
  • Una pizca de sal.

img_2209

Monta las claras junto con la sal y las gotitas de limón, ayudándote de una batidora (en mi caso las monté con la Thermomix). Mientras en un cazo, pon a calentar el agua junto con el azúcar sin remover hasta conseguir un almíbar. Sabremos que está listo cuando empiece a espesar, sin llegar a oscurecer quedando una textura como de «hilo». Si tenéis un termómetro de cocina, la temperatura que debe alcanzar el azúcar para que esté en su punto, es de 115 ºC. No es necesario, ya que a ojo veréis fácilmente como va espesando.

Una vez que lo tengamos agregamos el almíbar a las claras montadas poco a poco en forma de hilo y sin dejar de remover. Montamos un par de minutos más, hasta que el merengue haga «picos» o podamos ponerlo boca abajo sin que se caiga.

Dejamos que enfríe un poco y lo introducimos en una manga pastelera, con una boquilla lisa ancha. La que yo usé era de 18 mm. Sobre las pastitas que han debido de sobrarnos (ejemmm…), vamos creando montoncitos hasta darle forma a los fantasmas.

img_2210img_2213

 

Una vez que los tengamos, con chips de chocolate negro, le vamos poniendo los ojitos. Estos podéis comprarlos hechos, o como yo que los hice fundiendo un poco de chocolate negro y haciendo «gotitas». Los dejé enfriar en la nevera, ¡y tenemos ojitos!

¡Espero que os haya gustado tanto como a mi y os animéis a hacerlos!

img_2214

¡Qué paséis un feliz o terrorífico Halloween…!

¡Hasta pronto!

Ana.