Tarta Mousse de Frutos Rojos y Chocolate al Ginebra

img_5533

¡Hola a todos!

¿Qué tal lleváis la semana? Por mi tierra estamos en pleno carnaval y aunque sí, hoy es «miércoles de ceniza» y deberían haber acabado ayer, a nosotros aún nos quedan días de papelillos, serpentinas y coplas por las calles. Pero hoy no vengo a hablaros del «Carnaval de mi Cádiz», sino de una tarta que hice hace unos días y que tenía que compartir con todos vosotros.

No todos los fines de semana vuelven a casa amigas que viven fuera, ¡ojalá! Y si a eso le sumamos cena familiar con cumpleaños, el de la madre de mi amiga, y la preparación de una boda…¡La ocasión merece un postre más que especial! Así que saqué mi libreta de tartas infalibles, y la encontré: Tarta mousse de frutos rojos, chocolate y un toque de ginebra de fresa. Jaque mate.

 

La combinación de elementos y sabores hacen que esta tarta no pase desapercibida para nadie. No es una receta del todo sencilla, pero amigos, la vida está llena de retos… ¡Y qué mejor que retarla con esta tarta!

Sin enrollarme más, comenzamos con la receta que va a dividirse en cuatro pasos: la base, la confitura de frutos rojos, la mousse y el ganache de chocolate. ¡Empezamos!

img_5532

Ingredientes:

Para la base de galletas:

  • 250gr. de galletas (tipo Digestive)
  • 75gr. de mantequilla a temperatura ambiente.

Para la confitura de frutos rojos:

  • 600 gr de frutos rojos (en este caso yo he utilizado 300gr de cerezas deshuesadas y 300gr de fresas, podéis usar los que queráis corrigiendo el nivel de acidez con los gr. de azúcar)
  • Zumo de un limón
  • 200 g de azúcar
  • 5 hojas de gelatina

Para la mousse:

  • 4 Claras de huevos

Para el ganache de chocholate:

  • 175 gr. de Chocolate negro
  • 175 gr. de nata para montar (mínimo 35% grasa)
  • 30 ml. de Ginebra de Fresa (yo he usado Puerto de Indias)

1.- Empezamos preparando la base de galletas. Para ello vamos a triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla hasta conseguir una masa compacta. Con ella vamos a forrar toda la base de un molde desmontable de 23-24 centímetros , creando una capa lisa donde asentaremos el resto de la tarta. Puedes ayudarte de una cuchara. Cuanto más te esmeres en este paso, más bonito quedará el corte de tu tarta. Una vez lo tengamos, lo metemos en el frigo mientras que seguimos con el resto de la receta.

2.- Preparamos el ganache de chocolate llevando a hervir la nata y una vez la tengamos caliente, añadimos el chocolate troceado. Removemos con garbo para que el chocolate se derrita en la nata. Una vez conseguido, añadimos el licor y volvemos a mover.  A continuación, vertemos el ganache sobre la base de galletas que teníamos reservada en el frigo. Con cuidado, puedes ayudarte de un cazo. Volvemos a introducir en el frigo.

3.- Para preparar la confitura de frutos rojos pondremos en un cazo a fuego medio-alto (conviene remover de vez en cuando y echarle un ojito) todos los ingredientes de este paso, menos la gelatina que mientras tanto, la hidrataremos en un bol con agua fría. Este paso te llevará unos 20-25 minutos, hasta que notemos que nos queda una confitura espesa.

4.- Dejamos templar la confitura y trituramos ayudándonos de una batidora o brazo eléctrico hasta que quede un puré sin grumos. Si tu batidora no consigue eliminar todos los trozos, te aconsejo que cueles la mezcla y te quedes con la parte más líquida.

5.- Añadimos la gelatina que tenemos hidratada a la confitura aún templada para que se deshaga bien. Integramos bien y reservamos.

6.- Montamos las claras a punto de nieve, hasta que podamos ponerla boca abajo sin que se muevan.

7.- Ahora dedícale todo tu cariño a la tarta y ve añadiendo la confitura a las claras montadas y con una espátula o lengua de silicona, ve creando movimientos suaves y envolventes, removiendo hasta que todo quede homogéneo. Con mucho cuidado, tómate tu tiempo. De esto dependerá la consistencia y esponjosidad de nuestra mousse.

8.- Cuando tengas la mousse preparada, viértela con cuidado en el molde, sobre el ganache de chocolate. Vuelve a introducir en el frigo al menos 3 horas (yo este tipo de tartas suelo hacerlas la noche anterior, y así reposan toda la noche en el frío).

En este caso, para la decoración, he optado por espolvorear chocolate negro en polvo, pero puedes utilizar fruta, chips de chocolate o incluso, adornar con flores comestibles, ¡corre a cargo de tu imaginación!

img_5531img_5530

 

Espero que os haya gustado tanto como me gusta a mi, y es que esta tarta ya le he repetido en más de una ocasión y siempre, siempre, siempre… ¡Es una maravilla!

¡Nos vemos prontito!

Ana.

 

 

 

Anuncio publicitario

Bombones de chocolate negro y Kumquat

¡Vaya cuánto tiempo sin pasar por aquí! Ante todo… ¡Feliz año a todos! Espero que estéis bien y que hayáis sobrevivido a todas las fiestas, los atracones a polvorón limpio y que los peces al fin, hayan dejado de beber, beber y beber…

Por aquí he estado bastante liada y de ahí el abandono de las redes sociales. ¡Pero es que cuando a una le toca a hacer de ayudante de los Reyes Magos en mi tienda, poco tiempo queda libre! Y el que queda se reserva para la familia y amigos. Pero como compensación os traigo un post que para la fecha viene que ni pintado. ¡Marchando una de vitamina C y chocolate!

Enero es conocido por su interminable cuesta, el mes de los propósitos. Ese en el que todos nos volvemos más deportistas, más sanos, más estudiosos, en el que intentamos ser mejores personas de lo que fuimos el año pasado. Pero ¡ay febrero! Febrero está ahí a la vuelta de la esquina para recordarnos que debemos seguir siéndolo el resto del año. Pero no quería referirme a eso en este post, los propósitos que cada uno los lleve por su cuenta que yo llevo la mía. Hablaba de enero, porque a pesar del frío (frío que odio… yo viviría en un eterno verano), es uno de mis meses preferidos, ¿y por qué? Pues porque es el mes de las naranjas y las naranjas son mi fruta preferida.

Del azahar que impregnaba el ambiente allá por los lejanos meses de abril y mayo, recogemos ahora sus frutos. Y aunque pocas variedades de naranjas conocemos, son muchísimas las que existen y más de las que creemos, las que tenemos al alcance de nuestra mano.

Así que aprovechando el tirón, y dando por hecho de que los zumos de naranjas sí que os lo estáis tomando (¡vitamina C para el cuerpo!), voy a hablaros de los tipos de naranjos que me rodean y también, os dejo una recetita muy sencilla de «bombones de chocolate negro con Kumkuat». ¡Espero que os guste!

Del primer naranjo que quiero hablaros es el «niño de mis ojos», un naranjo de zumo en toda regla. Lleva en mi familia unos 20 años y el zumo de sus naranjas debería ser «Patrimonio de la Humanidad».

img_3201img_3200

Sus naranjas son clasificadas dentro del grupo de las «blancas». Antiguamente se utilizó este nombre para diferenciarlas de las variedades Navel o de las de sangre, naranjas mucho más ácidas.

Sus principales características son la carencia o menor marca del ombligo en sus frutos, una acidez, como acabamos de decir, inferior a la de otros grupos de variedades, así como la ausencia de sabor amargo en su zumo. Mi naranjo en particular, tal y como podéis ver en la foto, si que tiene el ombligo un pelín más marcado, pero no por ello deja de ser menos dulce. Florece en el mes de abril-mayo y a día de hoy, ya estoy desayunando zumo de mis naranjas (¡y hay cantidad hasta para finales de febrero, por lo menos!). Su altura no sobrepasa los dos metros, pero he de decir que es bajito para los de su especie que pueden llegar a medir algunos centímetros más.

El siguiente naranjo del que os quería hablar es un Mandarino. Las mandarinas son «híbridos de las naranjas» y se engloban en el mismo grupo que las anteriores, las blancas. También lo tenemos en casa, y aunque su recolección no es tan abundante como la del anterior, si que nos da para varios días.

img_3197img_3196img_3195

Como podéis apreciar en la foto, los frutos son de un tamaño algo inferior a las naranjas de zumo y su forma es mas «achatada». Y aunque los de mi casa vienen a tener la misma altura, los mandarinos son mas pequeños en cuanto a copa y altura. Sus hojas son prácticamente iguales a las del naranjo, pero algo mas pequeñas. Sus frutos son tremendamente dulces y su cáscara se retira con gran facilidad.

Los dos siguientes son naranjos enanos y proceden de la lejana China. Un naranjo Calamondin y un Kumquat.

El que aparece en la foto es un naranjo Calamondín, aunque sus frutos también son conocidos como «Naranjitas de San José» o «Naranjitas del Obispo».
Se trata de un pequeño arbolito de copa densa, con tendencia a la verticalidad. Sus hojas son pequeñas, elípticas de 5-10 cm de longitud mientras que sus frutos son muy pequeños (3-3,5 cm de diámetro), con pocas semillas, esféricos u ovales. Lo más característico quizás de estos naranjos enanos, es su corteza de color naranja-rojizo, muy fina y fácilmente separable de la pulpa, que es dulce, ácida y comestible. De hecho es la parte del fruto más utilizada. Aunque nosotros lo tenemos en el exterior (también es apto) a menudo es cultivada en contenedores como planta de interior.

Por último, voy a hablaros de un Kumquat. Otro del tipo de naranjo chino enano. Sus características son prácticamente iguales a las del Calamondin en cuanto a altura, dimensiones y hoja, siendo la diferencia más visible sus frutos. Su forma es algo más ovoide y su color algo más intenso (puede apreciarse claramente en la foto). Suelen tener menos gajos que el fruto del naranjo anterior, pero igualmente, su corteza es lo más dulce y utilizado. De hecho es la principal ingrediente de la receta de nuestros bombones. Así que sin enrollarme más… ¡Vamos a ello!

Ingredientes:

  • La corteza en tiras de 2 naranjitas Kumquat
  • Dos cucharadas de ron
  • 75gr. de chocolate negro para fundir (podéis usar cualquiera, pero cuanto más negro sea, mas intensificará su sabor con la naranja.
  • 10gr. de mantequilla
  • 1 Cucharadita de agua.

1.- Primero vamos a preparar las cortezas de las naranjas. Para ello las vamos a poner en un estuche de cocción al vapor para microondas (yo uso el de Lékué, y podéis verlo aquí), las dos cucharadas de ron junto con la corteza de las naranjitas. Programamos 1 min 30 segundos a máxima potencia. Retiramos y dejamos reposar y enfriar.

2.- Por otro lado vamos a cortar el chocolate a trozos y lo vamos meter en el microondoas en un estuche similar al anterior, junto con el agua. También 1 min 30 segundos, pero esta vez en el modo «descongelación» (el chocolate siempre debe fundirse en esta función). Si transcurrido el tiempo veis que aún no se ha derretido bien, volvemos a programas 30 segundos.

3.- Una vez lo tengamos,  añadimos la mantequilla y removemos bien hasta que se integre. Seguidamente le añadimos las cascaras de naranja escurridas y volvemos a integrar.

4.- En un papel vegetal o bandeja, hacemos pequeños montoncitos de chocolate (no tienen porqué quedar todos iguales ya que con la cáscara de naranja es complicado), y los metemos en el frigorífico al menos 2 horas para que cuajen.

¡Ya tenemos nuestros bombones!

Espero que os haya gustado el post de hoy y que me contéis qué tal os han salido los bombones 🙂

img_4636

¡Nos vemos prontito!

Ana.