¡Hola a todos!
Que levante la mano el que no se pueda resistir a tener una bolsa de patatas fritas cerca y no abrirla… ¡Yo la primera! Además, ahora que llevamos casi la mitad de la semana volteada, el cuerpo nos va pidiendo un caprichito…
Pero sí, yo también estoy en plena operación «post-polvorón» y «pre-bikini» a lo que debemos añadirle que no es el tipo de aperitivo sano en ninguna de las circunstancias. ¡Pero es que esa textura, ese olor, ese sabor…! ¡Se hacen irresistibles! Las patatas fritas se convierten en el acompañamiento perfecto a una conversación entre amigos, un partido de fútbol, o simplemente, para matar el gusanillo…
Y queridos amantes de las patatas fritas, hoy os traigo un pequeño-gran remedio para no tener que esconderlas en el fondo de la despensa y no caer en las garras de la tentación. Hace poco llegó a mis manos la receta de unas «patatas fritas sin freír «, fáciles y por supuesto al no llevar nada, repito, nada de aceite, se convierten en algo mucho más saludable que podemos incluir en cualquier tipo de dieta y momento del día.
Así que sin enrollarme más, creo que debo compartir este magnifico descubrimiento, que ya he probado varias veces y que no tiene nada que envidiarle en cuanto a textura y sabor, a las patatas fritas tradicionales. ¡Allá vamos!
Vamos a necesitar un microondas y un estuche al vapor con bandeja. Yo he usado uno de Lékué como éste:
Ingredientes:
- Una patata (o las que queramos)
- Sal fina.
1.-Lo primero que tenemos que hacer es pelar las patatas y cortarlas en rodajas muy muy finas, como de un milímetro de grosor. Cuanto más finas las cortes, más crujientes quedarán. Puedes ayudarte de una mandolina.
2.- Pon en remojo las patatas ya cortadas una media hora, cambiando el agua de vez en cuando para eliminar el almidón.
3.- Seca las rodajitas a conciencia con un papel absorbente, quitando todo el exceso de humedad posible. Añade la sal y ponlas en la bandeja del estuche de este modo, sin que se pisen unas con otras:
4.- Programa el microondas 7 minutos a 800w. Repite este proceso con todas las patatas.
5.- Al sacarlas ve extendiéndolas en un plato para que se enfríen… ¡Y listo!
Cuando salgan del microondas tendrás que tocarlas un par de veces para creer la textura crujiente que han cogido, ¡como las de bolsa! Pero claro, sin nada de aceite y mucho más saludables.
Puedes añadir las especias que quieras justo en el mismo momento en el que le ponemos la sal, y así darles un toque diferente.
¡Espero que os haya gustado!
¡Nos vemos prontito!
Ana.