Croquetas de salmón, hierbabuena y nueces.

¡Hola a todos!

No es por enamorar a nadie, pero he hecho croquetas… Y aunque está feo que yo lo diga… ¡Cómo me han salido de buenas! Y también, sí, las acompañé de una cervecita fresquita y me las comí al calorcito de esta primavera adelantada, en el patio de casa de mi madre… ¡Ahí es nada!

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Y es que las croquetas se merecen un lugar privilegiado dentro del universo, y como no, una categoría especial dentro de las recetas, porque ¿a quién no les gustan? Realmente pienso que si hay alguien sobre la faz de la tierra que tenga el valor de decir que no le gustan, es porque no las ha probado bien.

Hasta hace bien poco, las croquetas han sido un tipo de receta de aprovechamiento. Con lo que nos sobraba de otras comidas y ya no sabíamos darle más uso, hacemos croquetas y listo. Pero a día de hoy se han convertido en un tipo de plato en el que la imaginación y el paladar van unidos. Nos salimos de los cánones (sin menospreciar a nuestras amigas «las croquetas del puchero», ¡ojo!) donde gana el que mejor sepa mezclar ingredientes y hacer una combinación de sabores tan majestuosa, que seas incapaz de coger sólo una… Comidas familiares, reuniones con amigos, ¡y hasta cenas románticas! Las croquetas bajo mi punto de vista, pegan con todo.

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¡Pero que no cunda el pánico! Porque hoy he venido, a parte de alardear de mi «creación croquetil», a dejaros la receta en dos versiones, con y sin Thermomix, abriendo así un nuevo apartado en el blog.

Sin enrollarme más, ¡ahí va la receta!

Ingredientes para 60 croquetas.

  • 50 gr. de aceite de oliva
  • 100 gr. de nueces
  • unas hojas de hierbabuena fresca
  • 400 gr. de salmón fresco sin piel ni espinas y cortado en dados pequeñitos (ten en cuenta que así es como quedará dentro de tus croquetas)
  • 1 pastilla de caldo de pescado.
  • 100 gr. de mantequilla
  • 30 gr. de cebolla
  • 170 gr. de harina
  • 800 ml. de leche entera a temperatura ambiente
  • 1 pizca de nuez moscada
  • pimienta negra
  • sal
  • 2 huevos
  • 250 gr. de pan rallado.

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RECETA PARA THERMOMIX

1.- Ponemos las nueces en el vaso y trituramos con unos golpes de turbo. Retiramos y reservamos.

2.- Vertemos el aceite en el vaso y lo calentamos 2 minutos, 100 ºC, velocidad 1.

3.- Añadimos los trocitos de salmón y la pastilla de caldo y cocinamos 4 minutos, 100 ºC, giro inverso, velocidad 1.

4.- Retiramos el salmón y lo escurrimos a conciencia. Por otro lado, reservamos también el líquido de la cocción.

5.- Troceamos la mantequilla junto con la cebolla 6 segundos, velocidad 6. A continuación programamos 3 minutos, 100 ºC, velocidad 1.

6.- Es el momento de añadir el líquido que teníamos reservado, junto con la harina. Sofreímos 3 minutos, 100 ºC, velocidad 2.

7.-Añadimos la leche, la nuez moscada, la pimienta y la sal y mezclamos 15 segundos, velocidad 5.

8.- Incorporamos la mitad del salmón reservado, las nueces troceadas y la hierbabuena muy picadita. Programamos 8 minutos, 100 ºC, velocidad 4.

9.-Dejamos reposar dentro del vaso hasta que se atempere y a continuación, añadimos lo que nos había sobrado del salmón y lo mezclamos bien hasta que se integre dentro de la masa.

10.- Introducimos la masa en una manga pastelera, la cerramos y dejamos que siga atemperando. Una vez haya enfriado, metemos la masa en la nevera y la dejamos al menos unas 8 horas. Si puedes hacerlo de un día para otro, mucho mejor, ya que cuanto más fría esté la masa, más fácil te resultará trabajarla luego.

11.- Una vez pasado el tiempo, les damos forma a las croquetas y las rebozamos, primero por el huevo y después por el pan rallado. Para terminar las freímos en abundante aceite de oliva.

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RECETA SIN THERMOMIX

1.- Picamos las nueces con ayuda de un robot de cocina o introduciéndolas en una bolsa de plástico y machacándolas con un rodillo o mazo.

2.- Calentamos el aceite en una cazuela y sofreímos los taquitos de salmón junto con la pastilla de caldo. Una vez lo tengamos, escurrimos el salmón y lo reservamos por un lado y por otro el jugo de la cocción.

3.- Procedemos a hacer la bechamel, para ello primero picamos la cebolla y la sofreímos junto con la mantequilla.

4.- Añadimos el jugo reservado y junto con la harina y cocinamos un poco eliminando todos los grumos (cuidado de que no se te queme!). Esta parte de la bechamel se llama Roux y es la parte más importante, ya que si nos quedamos cortos de cocción, nos sabrá a crudo y si nos pasamos puede que se nos asiente. Tardarás aproximadamente un par de minutos.

5.- Vertemos la leche con cuidado, junto con la nuez moscada, una pizca de sal y una de pimienta. Removemos con paciencia hasta que quede una masa espesa y sin grumos.

6.- Agregamos las nueces picadas y la hierbabuena picadita. Volvemos a remover para integrar y cocinamos un par de minutos más a fuego lento.

7.- Es el momento de incorporar el salmón que teníamos reservado y volvemos a remover.

8.- Apagamos el fuego y dejamos que atempere un poco. Seguidamente metemos la masa en una manga pastelera y cuando termine de enfriar, la metemos en la nevera al menos unas 8 horas.

9.- Les damos forma y las rebozamos, primero por huevo y después por pan rallado.

10.- Las freímos en abundante aceite de oliva.

El truco de la manga pastelera es que, a la hora de darles forma, sólo tendrás que cortar la punta (1.5cm aprox. de ancho) e ir sacando tiras de masa, que cortaremos según el largo que queramos darle a nuestras croquetas. No es necesario boquilla, pero si tienes una especial para croquetas, ¡mejor que mejor!

¡Ah! ¡Se me olvidaba el último paso y el más importante!

11.- Busca buena compañía, un lugar donde disfrutarlas y ábrete una cervecita…. O en su defecto, un buen vino 😉

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¡Nos vemos prontito!

Ana.

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Tarta Mousse de Frutos Rojos y Chocolate al Ginebra

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¡Hola a todos!

¿Qué tal lleváis la semana? Por mi tierra estamos en pleno carnaval y aunque sí, hoy es «miércoles de ceniza» y deberían haber acabado ayer, a nosotros aún nos quedan días de papelillos, serpentinas y coplas por las calles. Pero hoy no vengo a hablaros del «Carnaval de mi Cádiz», sino de una tarta que hice hace unos días y que tenía que compartir con todos vosotros.

No todos los fines de semana vuelven a casa amigas que viven fuera, ¡ojalá! Y si a eso le sumamos cena familiar con cumpleaños, el de la madre de mi amiga, y la preparación de una boda…¡La ocasión merece un postre más que especial! Así que saqué mi libreta de tartas infalibles, y la encontré: Tarta mousse de frutos rojos, chocolate y un toque de ginebra de fresa. Jaque mate.

 

La combinación de elementos y sabores hacen que esta tarta no pase desapercibida para nadie. No es una receta del todo sencilla, pero amigos, la vida está llena de retos… ¡Y qué mejor que retarla con esta tarta!

Sin enrollarme más, comenzamos con la receta que va a dividirse en cuatro pasos: la base, la confitura de frutos rojos, la mousse y el ganache de chocolate. ¡Empezamos!

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Ingredientes:

Para la base de galletas:

  • 250gr. de galletas (tipo Digestive)
  • 75gr. de mantequilla a temperatura ambiente.

Para la confitura de frutos rojos:

  • 600 gr de frutos rojos (en este caso yo he utilizado 300gr de cerezas deshuesadas y 300gr de fresas, podéis usar los que queráis corrigiendo el nivel de acidez con los gr. de azúcar)
  • Zumo de un limón
  • 200 g de azúcar
  • 5 hojas de gelatina

Para la mousse:

  • 4 Claras de huevos

Para el ganache de chocholate:

  • 175 gr. de Chocolate negro
  • 175 gr. de nata para montar (mínimo 35% grasa)
  • 30 ml. de Ginebra de Fresa (yo he usado Puerto de Indias)

1.- Empezamos preparando la base de galletas. Para ello vamos a triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla hasta conseguir una masa compacta. Con ella vamos a forrar toda la base de un molde desmontable de 23-24 centímetros , creando una capa lisa donde asentaremos el resto de la tarta. Puedes ayudarte de una cuchara. Cuanto más te esmeres en este paso, más bonito quedará el corte de tu tarta. Una vez lo tengamos, lo metemos en el frigo mientras que seguimos con el resto de la receta.

2.- Preparamos el ganache de chocolate llevando a hervir la nata y una vez la tengamos caliente, añadimos el chocolate troceado. Removemos con garbo para que el chocolate se derrita en la nata. Una vez conseguido, añadimos el licor y volvemos a mover.  A continuación, vertemos el ganache sobre la base de galletas que teníamos reservada en el frigo. Con cuidado, puedes ayudarte de un cazo. Volvemos a introducir en el frigo.

3.- Para preparar la confitura de frutos rojos pondremos en un cazo a fuego medio-alto (conviene remover de vez en cuando y echarle un ojito) todos los ingredientes de este paso, menos la gelatina que mientras tanto, la hidrataremos en un bol con agua fría. Este paso te llevará unos 20-25 minutos, hasta que notemos que nos queda una confitura espesa.

4.- Dejamos templar la confitura y trituramos ayudándonos de una batidora o brazo eléctrico hasta que quede un puré sin grumos. Si tu batidora no consigue eliminar todos los trozos, te aconsejo que cueles la mezcla y te quedes con la parte más líquida.

5.- Añadimos la gelatina que tenemos hidratada a la confitura aún templada para que se deshaga bien. Integramos bien y reservamos.

6.- Montamos las claras a punto de nieve, hasta que podamos ponerla boca abajo sin que se muevan.

7.- Ahora dedícale todo tu cariño a la tarta y ve añadiendo la confitura a las claras montadas y con una espátula o lengua de silicona, ve creando movimientos suaves y envolventes, removiendo hasta que todo quede homogéneo. Con mucho cuidado, tómate tu tiempo. De esto dependerá la consistencia y esponjosidad de nuestra mousse.

8.- Cuando tengas la mousse preparada, viértela con cuidado en el molde, sobre el ganache de chocolate. Vuelve a introducir en el frigo al menos 3 horas (yo este tipo de tartas suelo hacerlas la noche anterior, y así reposan toda la noche en el frío).

En este caso, para la decoración, he optado por espolvorear chocolate negro en polvo, pero puedes utilizar fruta, chips de chocolate o incluso, adornar con flores comestibles, ¡corre a cargo de tu imaginación!

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Espero que os haya gustado tanto como me gusta a mi, y es que esta tarta ya le he repetido en más de una ocasión y siempre, siempre, siempre… ¡Es una maravilla!

¡Nos vemos prontito!

Ana.